Notas de Influencia Extranjera en México
La comida mexicana fue el producto de un mestizaje entre los usos y alimentos indígenas y los que trajeron los españoles. A fines del siglo XVIII se gestan algunos cambios cuando se permite la entrada restringida de viajeros y productos de otras tierras. Al consumarse la Independencia en 1821, llegaron extranjeros de Europa y de Estados Unidos que introdujeron algunas de sus costumbres en la comida, en las maneras de mesa y propiciaron el establecimiento de hoteles y restaurantes con refinamientos y comidas exóticas para México. El pueblo seguía, con todo, frecuentando los mercados, donde como en el tianguis prehispánico, se vendía de todo y se podía comer. La dieta del mexicano de las clases populares siguió siendo básicamente la misma que antes de la independencia.
Los franceses se establecieron en varios puntos de nuestro territorio y abrieron restaurantes donde se servían platillos franceses, quesos, vinos, licores y postres. Los españoles segundones o tercerones que vinieron a América se dedicaron al comercio y abrieron los cajones de ropa donde se vendía mantelería y encaje para el servicio de mesa. Instalaron molinos de nixtamal para procesar el maíz así como los molinos de trigo con cuya harina se preparaba el pan que se expendería en las panaderías. De ahí nos vienen los bolillos, teleras y variedad de pan dulce. Los ingleses se ocuparon de las minas, ferrocarriles y coraleras. Sus huellas de comida fueron el té y las carnes a medio cocer. Los norteamericanos instalaron cantinas y bares. Los alemanes plantaron cafetos en Chiapas, Tabasco y Veracruz e introdujeron la cerveza y algunas maneras de preparar el cerdo. Los chinos trajeron sus lavanderías, sus restaurantes y lo que en México se conoce como los cafés de chino, cuya principal bebida se sirve para el desayuno en gruesos vasos de vidrio con leche hirviendo y café destilado, siempre acompañado de los famosos bisquets y pan "de chino".
